Premisa teosófica del Fin de los Tiempos


Premisa teosófica del Fin de los Tiempos

El Hombre nace de una fuente de Suma Inteligencia, que es Dios, quien le asignó una vida terrenal (en cuerpo material para que evolucione -etapa transitoria-). Es decir, la única realidad es lo espiritual, la materia es maya, -ilusión-, los espíritus que se aferran a ella involucionan. Las leyes del Universo y su perfección no admiten lo involutivo. El Fin de los Tiempos es el fin de una etapa evolutiva, el tiempo desde el principio hasta ahora ha sido la criba. Quien sea involutivo no pasa por el ojo de la aguja. Que escépticos y ateos no crean en Dios y sus leyes cósmicas, no es ningún problema, porque lo finito ante lo infinito es nada; pero que Dios y sus leyes cósmicas no favorezca a los escépticos y ateos, si es un problema para ellos, porque lo infinito desaparece a lo finito.


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