Algunos taxistas, el caballo de Troya que beneficia a Uber


Empecemos con dos palabras: algunos taxistas; considero que es la forma más respetuosa de comenzar, es evidente que no todos los que usan los taxis como medio de trabajo, son lo que todos dicen que son –que no son tres cosas buenas, claro está-, o son, lo que algunas veces por su mala reputación –de algunos taxistas- nos imaginamos. Para hablar sobre taxis taxistas y Uber sería necesario no sólo uno, sino varios escritos más, de hecho, se podría hasta –muy optimistamente- hacer un seriado sobre este temita que a todos de alguna forma nos afecta, pero que naturalmente no lo haría, seguir martillando el tema de los taxis en Cartagena sería un desgaste. Toda esta problemática se resume en tres cosas: educación, respeto y profesionalismo.

Detrás del taxi como tal hay varios tentáculos que muchos desconocen, por ejemplo, la mayoría de los taxistas no son los dueños de los taxis, trabajan para un patrón ese patrón exige tarifas y esas tarifas se deben cumplir, sí o sí; si no las cumple si no las hace, como en un equipo de fútbol, lo cambian, no rinde, se va; típica manifestación del sistema tan cruel y despiadado en que vivimos. Puede ser que éste sistema sea en principio la razón del comportamiento de algunos taxistas, que conducen como si la vida saliera gratis en una lata de gaseosa, que cobran como si el dinero se cogiera de los palos de mango y que trabajan como si la gente se tuviera que arrodillar y suplicarles para que por favor haga un llamado a su sacra voluntad y preste por lo menos, si no es mucho pedir, un servicio público, que entre otras cosas, es algo costoso.

En Uber, tú eres el jefe, tú creas las tarifas que deseas, las horas que quieres trabajar, en qué lugares trabajar y varias cosas más que entran en el plus de la conveniencia de aquellos que usan Uber como medio de trabajo. De entrada, los que trabajan en Uber van ganando, pero no ganan siempre, para los que no saben cómo funciona Uber, aquí les dejo –muy resumidamente- cómo cobra Uber: “Uber definió la tarifa básica en 2.500 pesos. Por minuto cobran 100 pesos y por kilómetro 625 pesos.” Fuente: http://www.eluniversal.com.co/cartagena/uber-no-es-tan-bonito-como-lo-pintan-conductores-cartageneros-223456 Los taxis, se basan en las tarifas que negocian con el DATT Fuente: http://www.eluniversal.com.co/cartagena/avanza-negociacion-de-tarifas-de-taxis-y-del-tpc-244909 y en la mayoría de las veces no cobran lo que es ¿Ven alguna diferencia? ¿Por qué se tiene que negociar? Eso en resumidas cuentas es: pues vamos a ver cuánto quieren cobrar ustedes y ahí vemos cuánto subimos y ahí negociamos ¿Es eso correcto?

Yo no estoy en contra del servicio de taxi, me llama mucho la atención –y estoy seguro que a muchos- la forma de control que hay contra el gremio de algunos taxistas, si es que existe algún control, porque yo la verdad no lo veo y no lo he visto nunca. ¿Quién controla al taxista que no quiere prestar un servicio? ¿Quién controla a quién cobra lo que no es? A mí me ha tocado decir frente a cuatro taxistas en alguna ocasión en la torre del reloj: quien me puede llevar a casa, porque si digo me lleva a tal parte, se miran las caras de incomodidad y todos optan por esperar la carrera más cercana porque no, yo para allá no cojo. ¿Quién se está quitando el trabajo?

Discutir quien ganaría más, si el taxi o el Uber, se nos acaba el sol y seguiríamos discutiendo, porque está demostrado que entre estas dos ofertas –de las pocas que hay en esta ciudad- hay distintos mercados; yo personalmente conozco personas que pagan lo que sea por usar un Uber con tal de no usar los taxis –por diversas razones que todos conocemos-, mal servicio, mal estado del taxi, cobros de más, pésima conducción, atrevimientos, usura y demás. Por esa razón la discusión servicio/dinero está un poco terminada –en mi pensar- para todos hay, la diferencia radica en que algunos taxistas no prestan el servicio como debería ser, mientras que Uber lo presta dependiendo la necesidad del cliente, si usted tiene dinero, pague el servicio lo que cueste, sea lo justo, sea lo que cueste la carrera.

Uber vino a solucionar un problema de principios y valores en Cartagena, algo que siempre ha existido en la ciudad y que las autoridades no han sabido cómo solucionarlo ¿A quién se le tira la pelotica de la culpa en esta ocasión? Por eso reafirmo que esta problemática se resume en las tres cosas mencionadas anteriormente: educación: los mismos taxistas saben que algunos de sus colegas no lo son. Respeto: un problema cultural, algo que viene del hogar, cosas que provienen de la crianza y de los valores, el sentido común de la convivencia; me ha tocado soportar taxistas para nada educados y mucho menos respetuosos, pero también he contado con la suerte de encontrarme con taxistas (mujer u hombre) que han sido un completo caballero y una exquisita dama. Profesionalismo: hay gente que sencillamente no sabe hacer su trabajo, y otros que son, en todo el sentido de la palabra, un profesional.

Algunos taxistas son su propio problema, eso hasta ellos lo saben, que es lo peor de todo esto, saben que cobran lo que no es, saben que no prestan un buen servicio, saben que se hacen los rogados, desde Noviembre –y parte del año- se dan el lujo de decir “yo para allá no voy” “eso está lejos” “voy a entregar” cambia entonces el discurso de la situación cuando no son los meses buenos y los ves con los ojos atragantados por hacer carreras ¿Existe alguna lógica en esto? Es decir, presto un servicio malo –algunos taxistas- cobro lo que yo quiero y yo decido a donde voy. Ya no se puede pedir el servicio sino preguntarle si está dispuesto a trabajar, claro está, no a todos, a algunos taxistas.

El control de la autoridad que debe velar por el buen servicio del taxi en Cartagena no ha sido totalmente efectivo, de ser esto cierto, este problema hubiese vislumbrado algunas soluciones, sin embargo, siguen los mismos inconvenientes. Debe existir una alianza y un seguimiento permanente ante el servicio, cosa que no se ha visto, porque estos tropiezos no son de ahora, son de siempre.

El servicio, sea el que sea, debe estar en constante cambio, el sólo hecho de que usted preste uno y la ciudad entera lo use, hace necesario en primera instancia un control y un seguimiento, de lo contrario, no habrá orden y cada quien hará lo que le venga en gana, que es lo que ha ocurrido siempre.

Gremio de taxistas, créame que la competencia no es Uber, créame que la solución no es quitar Uber, ustedes son más grandes que Uber, pero no se han podido organizar; se organizan para hacerle una cacería mas no para mejorar su servicio, en ese orden de ideas, ustedes son su propio problema, son su propia competencia. No puede existir tanta contradicción junta, no puede existir tanta gente equivocada. Uber lo van a seguir usando mientras el servicio no sea óptimo y de calidad, por esa sencilla razón debe existir algo que los organice, que los haga entrar en razón.


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