Miles de caimanes sedientos por la peor sequía en 19 años se amontonan en las escasas reservas de agua que quedan en la región del Chaco, donde confluyen las fronteras de Paraguay, Argentina y Bolivia. Muchos mueren en el barro agrietado y seco.
Los reptiles son apenas unas de las víctimas afectadas por el fenómeno, que hizo casi desaparecer al río Pilcomayo del lado paraguayo. También afecta a otras especies protegidas.
"Se está viviendo la mayor sequía en 19 años, la segunda peor en 35 años", advirtió Ramón Jiménez Gaona, ministro de Obras Públicas.
Las imágenes son devastadoras. Reptiles apiñados en las únicas reservas de agua que quedan: lagunas artificiales o pozos ubicados en las haciendas de la zona. Sin embargo, muchos de ellos mueren de hambre y sed y quedan casi como fósiles, completamente calcinados.
Decenas de ambientalistas han acudido a la región para rescatar a estos animales, conocidos como yacarés en Sudamérica, típicos de la fauna del noroeste de Paraguay donde antes eran muy apreciados por la industria del calzado hasta que su comercialización fue prohibida.
El fenómeno ha provocado alarma y el pánico entre los habitantes. Las escasas reservas se encuentran bajo dominio de estos reptiles que por su naturaleza son capaces de sobrevivir más tiempo que otras especies.
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